Somos un pueblo que camina
y juntos caminando podremos alcanzar,
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristeza,
ciudad de la hermandad.
Somos un pueblo que camina
que marcha por el mundo buscando otra ciudad,
Somos errantes peregrinos
en busca de un destino,
destino de la unidad.
Siempre seremos caminantes,
pues solo caminando podremos alcanzar,
otra ciudad que no se acaba,
sin pena ni tristeza,
ciudad de la hermandad.
Sufren los hombres mis hermanos
buscando entre las piedras la parte de su pan,
sufren los hombres oprimidos,
los hombres que no tienen ni paz ni libertad.
Sufren los hombres mis hermanos,
más tú vienes con ellos y en ti alcanzarán,
otra ciudad que no se acaba,
sin pena ni tristeza,
ciudad de la hermandad.
Danos valor para la lucha,
valor en la tristeza,
valor en nuestro afán.
Danos la luz de tu palabra
que guíe nuestros pasos en nuestro caminar.
Marcha, Señor junto con nosotros,
pues solo en presencia podremos alcanzar,
otra ciudad que se acaba,
sin pensar ni tristeza ciudad de la hermandad.
Dura se hace nuestra marcha,
andando entre las sombras de tanta oscuridad,
todos los cuerpos desgastados
ya sienten el cansancio de tanto caminar.
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